miércoles, 11 de enero de 2012

Las siembras cinegéticas


"Las necesidades básicas de las poblaciones cinegéticas son refugio, lugar idóneo para reproducirse, alimento y agua. Por tanto la ordenación de todo aprovechamiento cinegético, debe ir encaminada a satisfacer todos estos requerimientos." 

Empezaremos tomando las siembras como el sistema idóneo de mejora alimenticia de las especies cinegéticas y como parte de refugio de las mismas.

Los objetivos que deben seguir todas las siembras son tres:
- Producción de alimento, ya sea en forma de hoja, grano etc.
- Mejora del hábitat, ya que los fines perseguidos no coinciden con el sistema intensivo de la actual agricultura.
- Posible aporte económico con la producción sobrante.


Las especies a sembrar pueden ser variadas, pero siempre buscando la mejor dieta para las especies del acotado. Se deben adecuar las prácticas agrícolas, con los ciclos vitales de nuestras especies.
Es necesario trabajar con pequeñas parcelas, divididas con lindes apropiadas y proporcionadas a la superficie que engloban, y si es posible también, trabajar con alternancias de tres hojas: cereal-leguminosa-erial.


Las especies a sembrar pueden ser las siguientes:
- Trigo: En suelos profundos, con pH algo ácido, con heladas no muy fuertes y precoces, y con lluvia primaveral, es el cultivo idóneo para la caza menor, sobre todo para las perdices. Importante la elección de las variedades, tanto para su adaptación a las condiciones medioambientales, como tomando en cuenta el ahijamiento. Peligro de asurado. (Secano 60-200 kg/ha de semilla)
- Centeno: Cereal de ambientes fríos y de montaña. Proporciona forraje verde y grano. Se puede mezclar con trigo a partes iguales, al cual protege del frío. Se utilizan de 80 a 140 kg/ha de semilla para producción de grano y entre 120 y 180 kg/ha de semilla para forraje. Preferible utilizar el triticale, híbrido entre el trigo y el centeno, que adquiere las condiciones del trigo y la dureza y rusticidad del centeno.
- Avena: Con alto contenido en fibra y grasa, posee un ciclo más largo que los anteriores cereales, y unas mayores exigencias en agua. Dos tipos, la sativa y la bizantina, con diferentes exigencias térmicas e hídricas. (100-120 kg/ha de semilla en secano).
- Cebada: Ciclo que coincide con el fin del periodo reproductor de perdices y codornices, por lo que se debe intentar retrasar su recolección. Se suele utilizar 120-160 kg/ha de semilla en terrenos poco arcillosos con buena porosidad.
- Vezas: Destacando la villosa y la sativa, sembrándose en asociación con un cereal que le sirva de tutor a los zarcillos de la leguminosa. En ambientes fríos y húmedos, es mejor la villosa. Se utiliza para forraje y para grano, según se siegue en primavera o en verano, siendo un alimento idóneo para liebres y conejo. Mejora los suelos al fijar el nitrógeno atmosférico los nódulos de bacterias simbiontes de sus raíces. Para la sativa, se recomiendan de 120-160 kg/ha de semilla, con 30-40 kg/ha de cereal, para el caso de la villosa, 60-80 kg/ha de semilla, para 15-20 kg/ha de cereal.
- Girasol: Aporta ricos granos en grasa y proteínas, además de ser en muchos casos la única zona de sombra en el duro verano peninsular. Duro a la sequía, por el gran desarrollo radicular de esta especie.
- Alfalfa: Leguminosa en suelos calizos, con altos rendimientos y valor nutritivo. Raíz de gran desarrollo, que le permite llegar a capas profundas del suelo en busca de agua. La dosis de siembra sería de 10-20 kg/ha, con una persistencia de seis años y sólo se debería abonar al principio.
- Esparceta: Planta rústica, tolerante al frío y a la salinidad. Leguminosa con un menor aprovechamiento que la alfalfa, con una dosis de siembra de 100-150 kg/ha.



Fuente: Extracto del articulo publicado por Linde y Ribera. (Iván Poblador Cabañero)

 Alex. Geexcaza

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